Sus ojos acusaron amor
Por Fabio Rosenstein
Un sillón, un equipo de VHS y una canasta apoyada sobre el televisor con cajas de pastillas en su interior. Cotidianidad en el aire y esa desprolija pero confortable sensación de casa. Los rostros de nuestros protagonistas son iluminados por los destellos de luz que emite la pantalla. La sala huele a naftalina y eso nos adentra en un viaje hacia el baúl de los recuerdos. La sensación es agradable, podemos distinguir varios detalles como pequeños cuadros sobre la pared, la mesa con rueditas o manteles de trazos hogareños. Estamos en la casa de una familia y pronto descubriremos sus particularidades. Lo haremos casi como miembros de ella, tal vez como ese integrante silencioso que no emite palabra durante la cena, pero observa y siente hondo. Si en este último tiempo se habla en el teatro, casi como un género propio, de “obras de familias disfuncionales”, Sus ojos acusaron amor se encarga aquí de cuestionar ese concepto. ¿Qué es lo funcional? ¿Funcional a quién? Si muchas veces es la norma la que expresa una falla. El que la cuestiona padece el intercambio, el que se adapta se asimila y pierde identidad. Lo disfuncional es conflicto y es precisamente la pretensión de normalidad la que lo anula y con ello se lleva puestas las diferencias. Esta historia es la de una familia con sus interrogantes y sus conversaciones, sus errores y sus dinámicas. Sus desencuentros y sus pérdidas. Una familia posible a través del tiempo que se constituye de momentos compartidos que forjarán luego nuestro presente. Así como señala aquella frase de Sartre “Uno es lo que hace con lo que han hecho de uno mismo” la obra rescata aquel concepto de cuánto nos afectan en nuestras realidades los vínculos que supimos construir. Es, en definitiva, la vida que nos pasa más allá de nuestra imaginación y avanza por caminos que cuesta reconocer como propios.
Para concluir, la propuesta está signada por un recorrido de mucha sensibilidad, cada historia va hacia lo particular con toda la complejidad que eso implica. Los diálogos crean sensación de realidad sin ir hacia lugares comunes del costumbrismo. Tocan fibras por fuera de lo social y cuentan aquellos hábitos y características que hacen nuestra intimidad y nos convierten en seres únicos, distintos al resto. Aquí podemos reconocernos y entender esos roles dinámicos que ejercemos con los otros y cómo a través del tiempo estamos en constante transformación. Parafraseando a Heráclito y el río y con un ojo puesto siempre en nuestros recuerdos, la realidad ha cambiado y nosotros tampoco ya no somos los mismos. Tendremos que seguir con nuestra historia a cuestas y aferrarnos a lo más entrañable de ella para construir futuro.
¿Dónde?
La tertulia (Gallo 826) Sábados 19 hs.
Entradas $1100 a $1700
Ficha técnica
Dramaturgia:
PAOLO GIULIANO
Actúan:
JULIAN BELLEGGIA, Laura Correa, Julia Funari, Carlos Larrañaga
Vestuario:
Cecilia Cotognini
Escenografía:
Cecilia Cotognini
Diseño de luces:
Alejandro Wenner
Musicalización:
Leandro Marquesano, Marilina Mozzoni, Wilmer Rojas Sanchez
Diseño gráfico:
Virginia Cordara
Asistencia de dirección:
Carol Pitzer
Producción:
PAOLO GIULIANO
Dirección:
PAOLO GIULIANO